RaqueLíquida

El mundo líquido… desde mis zapatos

Archivo para el día “May 17, 2011”

Hoy no me gusta este vino

Hay veces que pasa. Y cuando pasa es un rollo, pero pasa. En ocasiones ocurre que ves o lees sobre un vino, te llama la atención por múltiples razones, la etiqueta, el nombre, o ves que está elaborado con unas uvas que de repente se te dibujan en la mente y son sabrosas, deliciosas… o porque (y puede pasar) lees una aduladora reseña crítica sobre él en una revista, un diario, una web o un blog. Lees que si frutal, que si sabroso, que si sedoso, que si es ideal para la ensalada de pasta o para el cordero, que si tantos puntos nosequién… y decides que sí, que por lo que cuesta y dado lo que cuentan de él, el vino tiene que ser la leche. Pero pasa que a veces no lo es. Porque, seamos francos (qué poco me gusta esta expresión aunque la franqueza en sí me parezca esencial), igual que hay vinos excelentes, hay vinos malvados.

Hay vinos que al abrirlos ya empiezan a dejar notar un aroma desagradable, y los hay que te engañan al acercártelos a la nariz, te van diciendo: “soy aromático, soy rico, tengo mucha frutita rojaynegra…” pero que te dejan en la boca un sabor desagradable, porque son ásperos, demasiado ácidos, demasiado amargos… porque no son vinos honrados. Y no hace falta saber de vino para experimentar esto, no, ¡ay los que piensen que por no entender de vino no van a distinguir un vino malo (y con malo me refiero no solo a inexpresivo o falto de franqueza, a un vino que engañe, sino a un vino con defectos, que podemos no saber nombrar pero que percibimos claramente) y se van a librar de esas sensaciones desagradables!

De lo que estoy hablando no es de que un vino no nos guste, que eso también puede pasar, y cuando ocurre la parte buena, apuntad, es que uno se queda con el nombre y el año del vino y, sencillamente, no vuelve a probarlo. O sí, porque yo soy de las que dan una segunda oportunidad a los vinos que no me gustan.

A donde quiero llegar es a que hay circulando por ahí una minoría, eso sí, de vinos mal hechos, hechos con prisa, mal acabados, vinos que te hacen pensar dónde narices tenía el elaborador el olfato y el paladar cuando decidió etiquetarlos y sacarlos a la venta. Vinos ofensivos y faltos de honra, a veces. Pero que, al menos yo, me tomo también como un aprendizaje.

De todo se aprende... hasta cuando un vino te deja con esta cara... © http://www.emoticonos3d.com

El otro día me pasó algo así: llego a casa, me dispongo a probar un vinito con un nombre atractivo, en apariencia agradable… lo abro nada demasiado evidente… pero empezó a desprender aromas nada claros, a confundirse en la nariz… utilizando una metáfora musical, sus aromas eran como una banda de música mal afinada. Bueno, pensé, vamos a darle un poco de tiempo porque muchos vinos necesitan el oxígeno que entra en la copa para expresarse de verdad, y beberlos demasiado pronto puede hacer que no percibamos cómo son en realidad, que los prejuzguemos. Pasó el tiempo y aquello no mejoraba. Decidí tomar un sorbo a ver si en la boca mejoraba, pero nada, el vino seguía desafinando como una orquesta que no ha ensayado.

Tuve que abandonar, pero sin perder la esperanza, lo tapé y lo dejé en frío durante un día para ver si el tiempo y el oxígeno hacían algo por él (dependiendo de los vinos, los hay que aguantan un día en la nevera, pero cuáles y cuáles no ya es para entendidos, aunque en este caso yo no tenía nada que perder). El resultado fue parecido: ni buenos aromas, ni buenos sabores. Y no era que el vino no me gustara, no, sino que no era un vino bien hecho…

Y hasta esto, que es una experiencia que puede echar al traste una buena velada si no tenemos vino de repuesto, puede ser un aprendizaje. Se aprende con estos vinos a apreciar a los que sí son equilibrados, a los que son sencillos pero dejan un sabor agradable, a los que pueden resultarnos insulsos o faltos de carácter pero que en el fondo, para tomar una o dos copitas o con una comida rica, nos hacen pasar el rato aunque nos olvidemos de ellos para siempre. Es una de las virtudes del vino, que da la oportunidad de aprender con cada trago.

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